25. Preocupación y Ocio

Dicen mis fuentes que entre mi post de la semana pasada y este hubo un extraño incremento en las citas con el oculista pidiendo trasplante de córnea para tener nuevos ojos. Pero no, reemplazar la mirada de Midas no es algo que se pueda lograr con una visita al oftalmólogo o comprando esos pupilentes azules Bausch & Lomb que a últimas fechas han dado a la raza azteca un audaz “look” nórdico.

No. A ver de otro modo se aprende porque, como bien dice el Talmud, “nunca vemos el mundo como es, lo vemos como somos”. Es decir, nuestras percepciones dependen del estado de nuestro espíritu (mente, alma o como lo quieran llamar) y, por lo tanto, ver de otro modo supone un cambio radical de conciencia (Ja, ja, ¿Creyeron que el Tao de Occidente iba a ser más fácil que el de Oriente? Ilusos!)

Aprender a ver de otro modo supone -dijimos aquí– aprender a dejar ser. O, lo que es lo mismo, tener serenidad, paciencia y ocio.

Y eso no es fácil. Tener ocio implica ser capaces de sentarnos con nosotros mismos sin agenda, sin TV, sin libro, planes, proyectos o cualquier otra preocupación (curioso, dice el Dr. Heidegger, que el nombre que hemos escogido dar a nuestras ansiedades sea preocupación: estar PRE-ocupado es haberse llenado a tal grado de pasado y futuro que ya no tenemos cupo mental para el presente). Andamos en otra frecuencia y difícilmente nuestro cuerpo y nuestra mente coinciden en el mismo cuarto (el cuerpo se baña, la mente divaga por la lista de pendientes). Y luego nos preguntamos a dónde se nos fue el día, el mes, el año, la vida…

Ser capaces de ocio entonces es cesar toda preocupación y todo negocio (¡por eso se nos dificulta tanto!).

De hecho, si estar pre-ocupados es estar ocupados a priori, andar en el neg-ocio es negarnos el ocio.”Business” dicen los gringos, palabra que hace referencia a busy-ness, estar ocupado y su contrario es “leisure”, estar a gusto, estar holgado, vacío, sin pendientes, prejuicios, prisas, preocupaciones o actividades (újule, ya valió!).

“El ocio -escribe Joseph Pieper- no es la actividad del que interviene, sino del que se relaja; no del que se aferra sino del que deja pasar; es esa actitud abandonada que nos permite tener el alma abierta para percibir al Mundo”.

El ocio entendido como serenidad, paciencia y holganza es indispensable para aprender a ver el mundo de otro modo. Aprender a ver -dice Josep Esquirol- ya no con la mirada empobrecida del Rey Midas sino con asombro y reverencia.

Lo bueno es que aprender a estar ociosos es relativamente sencillo. “¿Cómo -pregunta Aristóteles- se hace el guitarrista? Practicando la guitarra. ¿Y cómo se hace el flautista? Practicando la flauta.” ¿Cómo nos hacemos ociosos? Igual: practicando el ocio. Cesando todo negocio y sentándonos con nosotros mismos sin pre-ocuparnos con tantas cosas de ayer y de mañana que no nos permitan estar atentos al momento presente (y si, como mis perspicaces lectores habrán notado, en nada se diferencia esta actividad de la meditación: estar atentos, estar sin hacer nada).

Suena difícil y a la vez demasiado simple para remediar nuestros males existenciales pero como veremos en nuestra próxima dosis homeopática de jarabito heideggariano, en vista del desastre ecológico y humano que hemos hecho en esta tierra, aprender a tener ocio es mucho más importante y mucho más efectivo que instituir normas morales, sermonear a la humanidad  o insistir en la tan sobada y traída “educación en valores”.

No por nada ese gran ocioso que fue Aristóteles alguna vez escribió: “el ocio es virtud o algo que no se da sin virtud y es aquello alrededor de lo cual gira la calidad de nuestra existencia” . Así que ahí los quiero ver esta semana: ociosos y serenitos escuchando lo que el rockero Sting llamó recientemente la “mejor música del mundo”: el silencio.

Para leer: Josef Pieper: “El ocio y la vida intelectual” y Josep Esquirol: “El Respeto o la mirada atenta: una ética para la era de la ciencia y la tecnología”.

7 comentarios

  1. Ayy Claudita, qué diifícil tarea me pones! Entre el mono enjaulado, que no me deja y las chorrocientos mil cosas que a veces me invento creo que me será difífil empezar este buen hábito. Pero estoy de acuerdo contigo que sin esos momentos de ocio, la vida, el tiempo se nos va muy rápido. Cuántos días mencionaste, que debemos practicar algo para que se nos haga un hábito? Lo intentaré. Muchas gracias y que tengas linda semana!

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  2. Creo que nunca mas me sentire ofendida cuando me digan ociosa!! No te creas!! Entendi la diferencia entre el concepto de la gente que no gusta hacer nada y la gente que tiene la capacidad de la quietud, del silencio, y de la introspeccion. Del NOW!! Rico jarabito!!! 🙂
    See u el Jueves!!

    Espero que mas despierta Claudia….que horror, pero entre esto de tener AVANTENIS los Jueves y tu clase con tantos conceptos nuevos para mi….mi cerebro si que se dedica al otro “ocio”!

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  3. Claudiocia, tú sí que ayudas a mirar de otro manera al mundo: Mirar con asombro y reverencia, practicar el ocio, pararle al negocio, despreocuparse, atender el momento presente y disponerse a escuchar silenciosamente la música más hermosa de este mundo. ¡Impresionante! ¿Así que sólo oye el que calla? ¿ Y que la mirada atenta es la esencia del respecto? Para serte franco, me volviste a dejar sin aliento. Tu mensaje y las lecturas que recomiendas están para volverse otro (u otra, diría más de algún pícaro). Por lo pronto te mando mi agradecimiento de siempre por compartir tus sabias palabras y, sobre odo, por ayudarme a justificar mi ocio (que espero sea el del bueno).

    Te saluda jubiloso como siempre, Davidocio.

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    • Mi estimado Davidocio,
      Pues a darle al ocio que ahí está la papa filosófica. Y como digo: no soy yo, es el Dr. Heidegger que te deja sin sueño, aliento y dándole vueltas a sus ideas la noche entera… como decían los medievales, el bien (y lo bueno) son difusivos y cuando uno se emociona tanto con algún hallazgo filosófico es difícil no compartirlo. De lo que está lleno el corazón habla la boca, dicen los Proverbios y ese es la misión del Zoo-Logico: compartir tanta cosa buena para que cada quien le encuentre aplicación en su vida… Mando Abraxo desde el ocio.

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