Esta semana en el Zoo estamos de plácemes: No sólo es el Día de la Madre (¡Felicidades a todas y más a la mía!) sino que el Viernes 11 es el 117 aniversario del nacimiento de uno de mis muchos héroes.
Se trata del hindú Jiddu Krishnamurti, un guía espiritual que, -a diferencia de tantos otros “iluminaditos de 3 watts” y “consagrados al marketing de la religión”- se negó a dejarse poner en un altarcito desde donde pudiera mangonear almas ajenas.
Nacido en la India en el seno de una familia de Brahmines, Krishnamurti se involucró en la Sociedad Teosófica de Blavatsky y Bessant a través de su padre que trabajaba de secretario en dicha organización. No pasó mucho tiempo antes de que uno de los miembros viera en el niño el “vehículo” del Maitreya (un avatar o encarnación del dios Vishnú que viene a auxiliar a la Humanidad es sus ratos “oscuros”).
Para pronto, la Sociedad se hizo cargo de la educación de Krishnamurti, se lo llevaron a Europa para pulirlo y en 1911 se fundó la Orden de la Estrella del Oriente (guana, guana) con el objetivo expreso de ir preparando terreno para presentar a Krishnamurti como el Maitreya.
Hasta 1929 Krishnamurti jugó el papelito a él asignado por la Sociedad pero su desilusión con las organizaciones religiosas -incluida la propia- iba en aumento. Finalmente, una experiencia mística y la muerte de su hermano en 1925, le dieron al joven el impulso que necesitaba para romper con la Sociedad y lanzarse por la vía libre espiritual (hecho que -adivinaron- le vale figurar entre mis Chanocs).
El 3 de Agosto de 1929, con la crema y nata de los miembros de la organización reunidos para escucharlo en Ommen, Holanda, Krishnamurti les dio la mayúscula sorpresa de disolver la Orden de la Estrella de Oriente.
¿El motivo?
“Creo -dijo Krishnamuti en lo que es el pilar de su evangelio (y del mío aunque no soy Krishnamurtista)- que la verdad es una tierra sin caminos y que no puedes acercarte a ella por ningún sendero, ninguna religión, ninguna secta (¡tres hurras por Krishnamurti!)…
“La verdad, siendo ilimitada, incondicionada y refractaria a cualquier método no se puede organizar; y tampoco se deben crear organizaciones para intentar llevar u obligar a las personas por un camino particular… (¿me están oyendo, inútiles?)
“Yo no quiero seguidores porque en el momento que sigues a alguien dejas de seguir a la Verdad (¿se imaginan a un Maciel o Cardenal haciendo esta declaración? No, yo tampoco).
“Yo sólo estoy interesado en una cosa esencial: hacer que el hombre sea libre. Deseo liberarlo de todas las jaulas, de todos los temores, y no fundar religiones, nuevas sectas, ni establecer nuevas teorías o nuevas filosofías. No quiero alentar ese absurdo. No tengo discípulos ni apóstoles.”
Y no les digo más porque lo mío tampoco son los proselitismos, sino dar a conocer algo del amplísimo buffet de opciones que tenemos para buscar la verdad (ay al que le interese, búsquele que hay decenas de páginas dedicadas al pensamiento de Krishnamurti y todos sus libros han sido traducidos al Español).
Por un mundo sin predicadores religiosos, ni proselitistas políticos, ni apostóles de la Verdad con V ni de la verdad con v:
¡Feliz Día de Krishnamurti a mis dos lectores! (y no se les olvide que el mero día de Krishnamurti -o sea el Viernes 11- tenemos una cita para darle un repaso a los colores de la mente…)
¡Felicidades a tu mamá! ¡y a todas las que pasan por aquí! Krishnamurti es de mis ídolos también. Un excelente ejemplo de lo que es una persona congruente. ¿Cuántos maestros, puestos en un altar, toman la decisión de bajarse de ahí??? tantos y tantos ejemplos que hay de personas que, abusando del poder que da ser el maestro abusan y traicionan la confianza de aquellos que los admiran. (En la yoga, el último ha sido el creador del anusara yoga, John Friend). ¡Abrazo Claudia!
Me gustaMe gusta
Ale! Pues yo igual, nomas por despecho iba a ver el fut, pero luego dije Que necesidad? Habiendo tanto libro interesante no aportare mas a la Patria si me pongo a leer en vez de elegir maniqueamente entre dos malas opciones? Y Krishnamurti: sin duda ha de ser dificil que no se te suban las infulas de iluminado cuando te lo ponen en charola de plata, yo creo que si hay tres maestros de estos en todo el siglo 20 es mucho! Abraxo epicureo (porque los estoicos ni a eso llegan, ja, ja!)
Me gustaMe gusta
también pienso en Yogananda…saludos!!!
Me gustaMe gusta
Durante algún tiempo me entusiasmó mucho lo que alcancé a leer de este hombre extraordinario. Cómo me gustaría que algunos de estos inauditos personajes me prestaran por un rato sus “ojos” para ver lo que ellos vieron. Lo digo porque a veces como que me entra la pereza -o la desesperanza, lo cual se oye mejor- y no quisiera hacer la chamba necesaria para encontrar la libertad de la que hablan Krishnamurti y otros maestrazos sobre los que tú nos ilustras fabulosamente. ¿No hay en serio un curso para “liberarse en tres semanas”, ya sea a la Krishnamurti, a la Heidegger o a la Corazón Valiente? ¿Tengo en serio que dejar la cabellera -la muy poca que me queda- en prenda para ver lo que ellos vieron?
Gracias por recordarme que hombres -¿ángeles o semidioses?- como éste han transitado por el mundo. Da motivos para recobrar las esperanzas.
Que el maestro Krishnamurti nos siga iluminando…¡Namasté! (que aunque no recuerdo bien lo que significa, me suena a saludo oriental, franco y afectuoso)
Me gustaMe gusta
Ja, ja, pues si encuentras ese curso de iluminación en dos patadas, me lo pasas David! Yo no lo he encontrado pero creo que el secreto está en no querer llegar sin cabellera (ya ves que la mía está intacta) a la Iluminación instantánea (me viene a la mente “Curso de redes eléctricas para Dummies”) sino disfrutar el pian pianito del que cada quien somos capaces… al final, como decía el Quijote: “es mejor el camino que la posada, Sancho.” Abraxo Namasteniano (que por cierto no solo es franco, oriental y afectuoso, sino iluminado pues significa: “saludo al dios que mora en ti”.)
Me gustaMe gusta